martes, 15 de septiembre de 2015

TRAICIONAR AL POBRE ES TRAICIONAR A CRISTO




Con esta frase resumía Fidel en los primeros años de la Revolución la posición de la Revolución Cubana y el pueblo cubano frente a la embestida reaccionaria y elitista de la burguesía de Cuba ante los avances de la Revolución con su carga de radicalidad, beneficios populares, pero al mismo tiempo perjuicio para esta clase  que hasta ese momento había ostentado el poder en Cuba; junto a ella se alineó un clero católico que hizo militancia con los más ricos y olvidó que  un cura del pueblo, el padre Sardiñas llevaba sotana verde olivo y la estrella rojinegra de comandante.
 Ese fue el desencuentro primero y fundamental, no había un clero esencialmente cubano, ni popular, pero Cristo no vivía solo en las Iglesias sino en los hogares olvidados en los que un “Corazón de Jesús”, tomado de algún almanaque era tan popular como nuestra Virgen del Cobre, los vasos espirituales, y las imágenes de santo de doble y triple significación para un culto popular basado en la bondad, la solidaridad, la ayuda al hermano y la condena a lo mal hecho.
 Por algo la Virgen de la Caridad del Cobre fue Mambisa y Rebelde, madre de los desamparados y los sin voz, esa era la Cuba que inició la Revolución más humanista de este Hemisferio.
“Traicionar al pobre es traicionar a Cristo” dijo Fidel ante los Judas que hicieron causa común con las minorías poderosas y el pueblo se llevó a Cristo al reservado lugar de los afectos y lo tuvo allí reposando en espera de tiempos mejores porque Cristo fue miliciano en Cuba, machetero en las zafras, sanador de injusticias en medio de un proceso que no fue perfecto, y perdonó porque no olvidamos aquello de: “Haz bien y no mires a quien”, ”Ayúdate que yo te ayudaré” y  muchas otras frases populares del evangelio que fueron y son la expresión de bondad de este pueblo expandido, noble e inteligente que recibe al Papa Francisco este sábado, un Papa que habla de nuestras problemáticas, que no cierra los ojos ante los problemas de estos tiempo y que es latinoamericano tan argentino como el Che, dos personalidades que si pudieran dialogar encontraría más puntos en comunes que desencuentros.
¡Bienvenido Francisco los cubanos abrimos nuestros brazos para cobijarte!

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