Gracias Isaías por sus
palabras, ayer el cardenal Jaime Ortega decía una verdad muy grande "la
Iglesia en Cuba es pobre", el estado cubano tampoco es rico, hace el
milagro de los panes y los peces para mantener las conquistas sociales de la
Revolución y lo logra, cuidando al más desvalido, al "más pequeño" como dijo el Papa
Francisco, pero no se puede repartir lo que no se tiene y lo que he visto
crecer entre nosotros es el egoísmo, "mi ganancia primero" y los
demás que se las arreglen. Tal vez estos egoístas son los que quieran luego
pasar por el “ojo de una aguja” para llegar al cielo.
Lo realmente triste es que sigamos siendo una
masa pasiva esperando que caiga el “maná” del cielo y muchísimos no quieren
trabajar porque gana muy poco y en el “invento” encuentran una mayor tajada.
La vocación de servir, tan humana, se aleja en
la medida que las personas se acomodan, se llenan de cosas que no se llevarán
al otro mundo, ni lo definirán en el recuerdo de los que le aman:
espiritualidad, entrega, servicio al prójimo, de todo eso ha estado llena la Revolución
a lo largo de estos años, aunque también he visto crecer a los fariseos a la
sombra de sus propias palabras y mantenidos con el sacrificio ajeno, con
inacción no hay Revolución y créame lo único que me separa de los creyente es
que no creo en la otra vida, si Dios nos hizo a su imagen y semejanza, estará
contento con los que servimos bien al hermano sin esperar nada a cambio.
Palabras del Papa Francisco
en la homilía de la La plaza de la Revolución en La Habana. 20/9/2015