Casa Art Noveau de la
calle Cárdenas
Mañana
por mañana como fantasma, paso frente
este hermosa esquina habanera de la calle Cárdenas, un día tentado lleve la
cámara para pillarla dormida, porque apenas sean las siete de la mañana, se
convertirá en una de tantas esquinas bullangeras de esta ciudad de ruidos
humanos, de vendedores que no pregonan sino te insultan con sus altos precios
de cualquier cosa. Es La Habana, no os asombréis de nada, bella, contrastante,
cuidada-ruinosa, limpia-sucia, cosmopolita y con don de ser el ombligo de
nuestro mundo.
Esta
edificación, junto a dos tres que sobreviven en esta corta calle de apenas
cinco cuadras, recuerda los tiempo de principios del siglo XX cuando el
ferrocarril era el principal modo de unir a la isla y en esta calle se
edificaron estas casas de estilo art noveau, construida por maestro de obras
catalanes y con capital inglés fundamentalmente, inversionistas del ferrocarril
en expansión que tiene su estación central muy cerca, tanto que se escucha el
ruido de los trenes que salen y llegan a La Habana.
Amo
a estas casas atrevidas que retan a la línea recta y tienen algo de ecologistas
con sus sinuosas curvas vegetales, que no fueron abundantes en Cuba, pero por
estos populosos barrios habaneros pueden descubrirse muchas huellas del estilo,
escondido en la huella de la mugre y la necesidad de la gente de expandir un
espacio que le queda pequeño.
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