Autor Hernández Giró, 1939
El
10 de enero de 1895 hace hoy 125 años, se produjo la incautación de los tres
barcos surtos en el puerto de La Fernandina, en la Florida, comprados y
preparados por el Partido Revolucionario Cubano (PRC) de José Martí para
reiniciar la Guerra Necesaria por la independencia de Cuba.
Una delación artera y cobarde, por uno de los
pocos colaboradores del Apóstol que sabía todos los detalles del Plan fue
suficiente para la intervención de la autoridades de los Estados Unidos, azuzados
por el gobierno colonial español de la isla, dando al traste con los planes
celosamente preparado por Martí y que tantos rumores adversos despertaron entre
muchos separatistas cubanos, que pusieron en duda la capacidad de Martí para
organizar tamaña empresa.
Para José Martí aquel golpe fue muy duro para
su estabilidad de salud, aunque con la férrea voluntad que le caracterizara,
desde los primeros momentos del artero golpe movió cielo y tierra, primero para
recuperar lo que pudiera recuperarse desde el punto de vista material y luego
llamando al sacrificio a sus bases para levantar nuevos fondos y conseguir el
sagrado objetivo de hacer de Cuba una República.
Pero hay otro factor que jugó su papel en
favor del liderazgo de Martí y del Partido que lideraba: los planes que se
habían hecho para lo que se conoce en nuestra historia como el Plan de la Fernandina, fueron preparados con una compartimentación
formidable dirigida directamente por él, pocas personas lo conocían y el rumor
sobre el destino que se le estaba dando al dinero de los emigrados y colaboradores
cubanos, enturbiaba el liderazgo del Apóstol, pero la detallada información que
hizo la prensa amarillista norteamericana sobre
el volumen de lo ocupado, su fin y el detalle del plan concebido, actuó
como un factor enaltecedor del Maestro como estratega militar y político, cuyo
prestigio quedó enraizado en la conciencia de todos aquellos que querían a Cuba
Libre.
Martí emergió de aquel revés con un liderazgo
sólido y la unidad de los cubanos dentro y fuera de la isla alrededor de la
idea emancipadora a la cual dedicó su vida y sus esfuerzos, a más de la
convicción de los indecisos sobre la
necesidad de reiniciar la Guerra Necesaria en bien de Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario