viernes, 20 de diciembre de 2019

DICIEMBRE DE 1958 EN LA HISTORIA DE CUBA






Cada vez que llega diciembre viene a mi mente el histórico diciembre de 1958 cuando en Cuba todo un pueblo se jugaba el todo por el todo para construirse un futuro mejor.
 La década de los 50 en Cuba fue un parte agua en la historia nacional, ante el embate reaccionario de las oligarquías nacionales por perpetuar un poder subordinado que le garantizaba el dominio histórico social de la isla a la sombra y anuencia de los gobiernos y los poderes hegemónicos de los Estados Unidos, la isla era un lugar de garitos, música, ron y mulatas para quien pudiera disfrutar de es “Habana de noche” por la que muchos lloran, sin contar que estaba construida sobre la espalda de millares de campesinos sin tierras, obreros con precarios salarios y el sueño  triste y lejano de ser dueños de sus destinos.
 En 1958 el Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio eran una realidad militante que agrupaba a lo mejor del pueblo cubano en su lucha por igualdad social, prosperidad para todos y sobre todo ser dueños de sus destinos, sin fatalismos geográficos o clichés políticos que hacían mirar a los poderes de facto siempre hacia el norte, ese “norte revuelto y brutal” que aún se empeña en destruirnos porque rompimos su hegemonía de poder a las puertas mismas de su Imperio.
 En 1958 la ofensiva de esas fuerzas revolucionarias fue derrotando a un régimen desmoralizado y corrupto que se mantenían por el terror frente un pueblo sin miedos.
 Los nombre de Fidel y Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, el legendario Ernesto Guevara, Juan Almeida y muchos otros, jóvenes y valeroso en una vanguardia de patriotas que no sabían mucho de socialismo, pero si tenían muy claro que lo más importante entonces era poner el poder en manos del pueblo, ese pueblo heredero de una larga Historia de Lucha por su independencia y que ya tenía una pléyade de Héroes y pensadores en quien inspirarse.
 Diciembre del 58 fue de combates, dolor y violencia digna contra un dictador ladrón y cómplice de esa burguesía criolla que no pudo alzar la copa el 1 de enero de 1959, porque esa no era su victoria, sino el triunfo legítimo del pueblo que los dejaba en el pasado y al lado del mayor enemigo del pueblo de Cuba, el Imperialismo Yanqui.
 La Cuba que nació ese día fue otra, llena de esperanza, de sueños, con la autodeterminación como brújula y la constante de la Revolución permanente para seguir siendo historia, pero  pasado, sino presente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario