Costeada por el Conde de Villanueva esta fuente en mármol de carrara devino en símbolo de La Habana burguesa del siglo XIX
Ahora
que estamos en la algarabía de los 500 años de La Habana, es bueno recordar su
origen hermosamente oscuro de mulatés y cruces de cultura, asediada por piratas
y ciclones, coqueta y cosmopolita desde sus primeros tiempos, cuando ocultó su
origen entre los agrestes montes del Mayabeque y Batabanó, siempre al sur
porque eran las vías que el español conocía para llegar a Santo Domingo, la
primada de América y de esta al fantástico salto del océano para llegar a España.
Si hablamos de origen y fundación La Habana no
puede olvidar que 1514, cinco años antes era un grupo de casuchas junta a un
mar y un río, que el tiempo hizo olvidar por vuelta de Batabanó.
Hormigas,
pantanos y la escasa población de aborígenes determinaron la mudanza al norte,
apenas uno o dos años después, junto al entonces hermoso paisaje de Husillo[1]
junto al río Casiguagua, que luego sería Almendares en homenaje a un obispo,
pero con la vista puesta en una tranquila bahía hacia el este que desde hacía
unos años ya el español conocía como Puerto Carena, con población de españoles
y aborígenes, dedicada a la reparación
de navío de tránsito y muy cerca de la gran autopista marina que era la Corriente
del Golfo, conocida entonces por unos pocos marinos españoles y que sería a no
dudarlo la carta de triunfo de la futura villa de San Cristobal,
estratégicamente situada a pocas millas de este río marino que no paraba hasta
Europa.
Poco a poco se fueron mudando hacía el poblado
innombrable hasta que en un 19 de noviembre de 1519 quisieron hacer oficial el
nuevo asentamiento que por cuestiones burocráticas de la Corona siguieron
llamando San Cristobal, pero el tiempo y las costumbre fueron poniendo en su
lugar con su sonoro nombre de Habana proveniente, según algunos, del nombre de
un cacique de la zona, Habaguanex.
Leyenda aparte así comenzó la historia de la
Villa de San Cristobal que en pocos años reunió a los poderes y autoridades de
la época para convertir ese villorio bien colocado en la célebre “Llave del
Golfo”, por donde pasaron los grandes tesoros producto del saqueo de los
conquistadores y colonizadores españoles y que hoy es nuestra querida Habana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario