viernes, 5 de julio de 2019

EL DEPORTE CUBANO EN LA REPÚBLICA AQUELLA (II))






La organización deportiva contaba desde 1938 con un organismo estatal, la Dirección General de deporte cuya función era impulsar el desarrollo del deporte en general, tanto en los aficionados como en los profesionales. Su función rectora dejó mucho que desear, porque su gestión resultó insuficiente  para impulsar los deportes y porque se convirtió en un mecanismo burocrático y politiquero.
 El impulso de los deporte estaba en la iniciativa privada de los Clubes y Sociedades que atendían al deporte como una de sus actividades sociales. Los grandes clubes burgueses se agruparon en la Unión Atlética Amateurs, principal rectora del deporte e aficionados, y en la Liga Social de Cuba.
 En la Unión Atlética de Cuba se agrupaban los clubes, Vedado Tennis Club, Miramar Yacht Club, Havana Yacht Club, Havana Bilmore  Yacht  and Country Club, Casino español. Club Cubaneleco, Cubaneleco Yacht Club, Club Nautico de Marianao, Universidad de La Habana, Club Atlético de Santiago de las Vegas, Círculo Militar y Naval, Club San carlos, Club Fortuna, Liceo de Guines, Hershey Sport Club, Cojimar Yacht Club, Loma Tennis Club, Amateurs de Pesca y el Club Náutico de Santiago de Cuba.
 La Liga Social de Cuba agrupaba a los clubes de menores recursos y tradición, entre los que estaban el, Club Santo Suárez, Asociación de Dependientes, Alumnos de los Hermanos Maristas, Club Arucas, etc.
 La Organización Deportiva Amateurs de Cuba (ODAC) integraba a los más humildes, clubes y asociaciones populares como, el Club Atenas, Magnetic Sport Club Sociedad Unión Fraternal, Vedado Unión Club, Vedado Sport Club, Club Cultural del Cerro, Club Social de Buenavista en Marianao, Club Progreso de Guanabacoa, Antillas Sport Club, Club de la Víbora, Club las Águilas de la Víbora, Sociedad Unión de Matanzas, bella Unión, Gran maceo de Santa Clara y Luz de Oriente de Santiago de Cuba.
 Estas organizaciones preparaban torneos de beisbol, baloncesto, natación, remos, atletismo, boxeo, etc.
 Cuando el Comité Olímpico Cubano, convocaba a los equipos nacionales para competir en torneos internacionales, casi siempre se llamaban a los atletas de la Unión Atlética Amateurs y la Liga Social, por contar con mayores recursos.
 En 1939 se creó el Consejo de Educación Física y deportes de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), lo que impulsó el deporte entre los afiliados de los sindicatos. Era una iniciativa de Lázaro Peña y su objetivo era promover y unificar las actividades deportivas, eliminando las barreras sociales y raciales existentes. La organización  auspició campeonatos obreros durante la década del 40 hasta que la dirección mujalista de la CTC desactivó en 1950 el Consejo.
 El beisbol se reafirma como el pasatiempo nacional, se jugaba en todo el país, tanto de forma espontánea como organizado en  ligas o torneos, amateur, profesionales o semi-profesionales. Desde principios del siglo XX Cuba contaba con una Liga Cubana de Beisbol que agrupaba  a cuatro equipos en los que jugaban peloteros cubanos y otros procedentes de Estados Unidos y de países latinoamericanos.
 A inicios de los años cuarenta la Liga Profesional Cubana entra en crisis  opacada por el auge de los Campeonatos Mundiales  Amateur celebrado en el mismo estadio La Tropical en que se realizaba la Liga Profesional.
 En la temporada 1940-41 de la Liga Profesional Cubana jugaron los equipos, Santa Clara, Almendares, Habana y Cienfuegos campeonato en el que resultó ganador  el Habana.
 En el campeonato 41-42 desaparece el equipo de Santa Clara y el torneo se celebra con los otros tres equipos, terminando con la coronación una vez más del Almendares, que repitió en el torneo 42-43, frente a los mismos rivales.
 En el torneo invernal de 1943-44 entra el necesario cuarto equipo, esta vez con el nombre de Marianao, en torneo ganado por el Habana.
 Ante la crisis de público que vive la Liga los dueños de equipos  contratan a las mejores figuras del torneo Mundial amateur, entre los que sobresale el lanzador Conrado Marrero, el “Premier, ídolo de la afición cubana.
 El torneo 1944-45 se mantiene con la misma estructura de cuatro equipos y fue ganado por el Almendares. Un año después (45-46) se produce un torneo atractivo y competitivo que involucró a los cuatro equipos hasta el final, atrayendo un gran público al vetusto estadio de La Tropical, ganado sorpresivamente por el casi siempre sotanero Cienfuegos.
 El éxito de este torneo impulsa a los magnates del beisbol profesional en Cuba a construir un estadio más grande y más céntrico. Para ello se cre la Compañía Operadora del Stadiums S.A. propiedad de Roberto Bobby Maduro que construyó en la barriada del Cerro el “Gran Stadium de La Habana” con capacidad para 35 mil personas a un coste de dos millones de pesos.
 El 26 de octubre de 1946, aún sin terminar se inaugura el estadio del Cerro con el Campeonato de la Liga Profesional Cubana, 1946-1947 que culminó con una nueva victoria del Almendares.
 Este mismo año es admitido un equipo cubano en la Liga Internacional de La Florida, categoría doble A, el Havana Cubans, dirigido por Oscar Rodríguez y propiedad de Merito Acosta. Este ganó los tres primeros torneos en que participó. Antes de llegar un equipo de Cuba, la Liga de la Florida estaba casi descalificada por su poca calidad, al incorporarse los cubanos, el circuito cobró importancia y sirvió de fogueo a prospectos de las Grandes Ligas, incluyendo un buen número de cubanos, muchos de ellos estrellas de la Liga Cubana como fueron los casos de: Conrado Marrero, Francisco Quicutis, Luis Suárez, René Suárez, José Nakamura y Gilberto González, entre otros. Los Havana Cubans ganaron entre 1946 y 1949, cuatro campeonatos en la Liga Internacional con Oscar Rodríguez de director[1]
 La presencia de un equipo cubano en una Liga americana mejora las relaciones entre ambas liga, facilitando la participación mayor de peloteros cubanos en las Grandes Ligas y la presencia de prospectos norteamericanos en la Liga Cubana.
 En 1946 el rico promotor del béisbol mexicano, Jorge Pasquel, inicia una “guerra” contra el beisbol profesional norteamericano, al organizar en su país un torneo profesional, paralelo a las Grandes Ligas. Amparado por su fortuna Pasquel desafió el poderío yanqui, ofreciéndoles a cotizados jugadores sumas mayores que en las Grandes Ligas, por jugar en el torneo mexicano. Su oferta fue aceptada por 18 jugadores, entre ellos un grupo de cubanos, como Roberto Ortiz, Roberto Estadella, Tomás de la Cruz, Napoleón Reyes y Adrian Zabala. Todos fueron declarados inelegible por la todopoderosa Major Ligue Beisbol (MLB) para jugar en su torneo y en los torneo “satélites” y “amigos, entre ellos el torneo cubano.
 En Cuba se crea la Asociación de Peloteros Profesionales (1947) presidida por el lanzador  Tomás de la Cruz, que sindicalizó a los peloteros profesionales cubano, con el objetivo de defender los salarios y el derecho a jugar en su liga, dada la presión de los jugadores extranjeros.
 La presión de los dirigentes de las Grandes Ligas para impedir que jugaran los “peloteros rebeldes” que se había atrevido a jugar en México sin su permiso, junto al pacto de la Liga Cubana con estos magnates para garantiza la presencia de nueve peloteros norteamericanos de calidad por equipo, fueron el detonante para que la Asociación de peloteros Profesionales crearan la Liga Nacional Cubana de Béisbol Profesional, encargada de organizar un torneo paralelo al tradicional torneo invernal y que se jugó en el estadio de La Tropical.[2]
 En octubre de 1947 se inició el torneo  tradicional en el Gran Stadium de La Habana con los cuatro equipos, esta vez con nueve jugadores yanqui en la plantilla; como respuesta y paralelamente, muchos de los mejores cubanos del momento inauguraban un nuevo torneo en La Tropical, con cuatro equipos: Leones (Habana), Alacranes (Almendares), Santiago y Cuba, por la dignidad del pelotero cubano y en el que alinearon grandes figuras del beisbol cubano, Roberto Ortiz, Natilla Jiménez, Tomás de la Cruz, Napoleón Reyes, Monteagudo, Zabala, Consuegra y Estadella, entre otros; junto a reconocidos jugadores internacionales, como el formidable jardinero puertorriqueño Luis Olmo o los norteamericanos Jame Clarkson, Lester Sommer, Bill Jefferson, Bill Wight y Jimmy Steiner.[3]
 La afición apoyó ampliamente el torneo de La Tropical al que llamaron “Campeonato Cubano”, no por que jugaron solo cubanos, sino porque representó la rebeldía del pelotero frente a los grandes magnates del beisbol.
 El Torneo de La Tropical fue de gran calidad, respaldado por el público, se inició el 30 de octubre de 1947 hasta principios de marzo de 1948; su  Talón de Aquiles fue su accidentada organización, las penurias económicas y la fuerte presión de los dueños de equipos tradicionales que hicieron todo lo posible por sabotear su desarrollo. El torneo lo ganó el equipo “Leones de La Habana”, mientras en el estadio del Cerro ganaba, el Habana.[4]
 Las dificultades económicas impidieron que la Asociación de peloteros Profesionales pudiera convocar otro torneo, esto junto al “perdón” otorgado a las principales figuras hizo desaparecer la Liga de La Tropical y en 1948 se jugó un solo torneo.
 Quedaba en pie la cláusula que permitía 9 jugadores norteamericanos por equipo, mientras los jugadores cubanos tenían que emigrar a otras ligas de área por falta de oportunidades en su propia tierra.
 Las temporadas 1948-49 y 1949-50 fueron ganadas por el Almendares, dirigido por el manager-jugador Fermín Guerra, receptor de Grandes Ligas, en la plenitud de su gloria deportiva que junto a Conrado Marrero condujo a este equipo a ganar la Primera Serie del Caribe en La Habana (1949)
 Se había creado la Confederación del Caribe integrada por las Ligas Profesionales de Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Panamá, quienes alentados por el éxito de las Serie Mundiales Amateur, organizaron un torneo con los campeones de Liga.
 En los torneos de la Liga Profesional de Cuba, 1950-51,1951-52 y 1952-53 gana el Habana dirigido por el manager-propietario Miguel Ángel González, que estabiliza un fuerte equipo en los que sobresalían los peloteros cubanos, Edmundo Amorós, Gilberto Torres y Adrián Zabala, junto a algunos peloteros norteamericanos de esporádicas buenas actuaciones. La cuarta edición de la Serie del Caribe se celebra en Panamá, 1953 y fue ganada por el Habana.
 El Almendares recupera el banderín cubano en la serie 53 - 54 dirigidos por el norteamericano Bobby Bragan, en un equipo en los que sobresalen los cubanos Willi Miranda, torpedero de manos seguras y tiros formidables; Conrado Marrero, Oscar Sardiña y Juan Vituer, junto a los imprescindibles peloteros norteamericanos.
 En 1954 los Havana Cubans se inician en un circuito de Triple A con una nómina que incluye peloteros cubanos  y estadounidenses, su propietario era el cubano Bobby Maduro.
 En la temporada 1954-55 repite su triunfo el Almendares de Bragan que tiene en Ángel Scull, líder de los bateadores, su hombre más valioso.
 La temporada 1955-56 trae consigo la caída de la hegemonía de los dos grandes equipos de la Liga Cuba, Habana y Almendares, con la victoria del equipo Cienfuegos, dirigido por Oscar Rodríguez y que tiene su principal estrella en el pícher Camilo Pascual, el jugador más valioso del torneo. Este mismo equipo se corona en la 8va. Serie del Caribe efectuada en Panamá.
 En el torneo siguiente (1956-1957) se produce la victoria del equipo Marianao, después de veinte años, esta vez dirigidos por Napoleón Reyes. Orestes Miñoso es proclamado el jugador más valioso. Otros destacados en el equipo fueron, Juan Izaguirre, Julio Becker, Orlando Leroux y el veteranísimo Conrado Marrero. Ellos mismos se impusieron el 9na Serie del Caribe celebrada en La Habana.
 En la serie 1957-1958 repite el Marianao con el mismo directo y destaque para Miñoso, Tony Oliva y Julio Becker. Fue un campeonato difícil caracterizado por la ausencia del público al estadio, a pesar de lo emotivo del torneo. La dictadura de Batista se hacía sentir, decenas de muertos y desaparecidos, junto a la resuelta lucha del pueblo, acentuaron la crisis del béisbol rentado aquejado por el favoritismo y la dependencia de las Grandes Ligas norteamericanas. También la violencia se hizo presente en el terreno de juego donde se dieron conatos  de broca que escaparon al control de los árbitros.
 La Serie del Caribe en su edición 10ma fue celebrada en San Juan, Puerto Rico, allí volvió a imponerse el Marianao, no sin antes capear un final violento que obligó a los árbitros a suspender el juego final y continuarlo al día siguiente.
 En medio de la lucha insurreccional contra la tiranía de Batista, el Almendares ganó el último el último torneo de la década (1958-1959), con camilo Pascual como héroe indiscutible. Él fue factor importantísimo  en la victoria del Almendares en la XI Serie del Caribe celebrada en Caracas, Venezuela, en 1959.
 Es necesario destacar en este período el esfuerzo del empresario Roberto, Bobby, Maduro (1916-1986) por insertar al beisbol profesional cubano en  el circuito de las Grandes Ligas, ya no como asociado, sino como parte de él. Ya había conseguido en 1954 la inserción de los Havana Cubans en una Liga de Triple A de La Florida, posteriormente el traslada el equipo para La Habana ahora con el nombre de Cuban Sugar Kings y promueve  el desarrollo de este equipo que logró su mayor triunfo en 1959 al ganar la “pequeña serie mundial” frente al Minneapolis Miller en el Gran Estadio del Cerro, hecho que tuvo una amplia repercusión en Cuba.[5]
 La Liga Nacional de la Unión Atlética Amateurs de Cuba (UAAC), continúa desarrollando sus torneos de béisbol aficionados, cada vez con más calidad y rivalidad.
 En 1941 gana el Cienfuegos Sport Club que cuenta en sus filas con el estelar Conrado Marrero. Al siguiente año el Cienfuegos terminó empatado con el equipo Círculo Militar y perdió el desempate frente al equipo del ejército.
 El deportivo Matanzas ganó en 1943 con un poderoso trío de lanzadores: Sandalio consuegra, Rogelio (Limonar) Martínez y Catayo González. En 1944 ganó el Círculo de Artesano de San Antonio de los Baños que contó con Julio Moreno con el picheo de Julio Moreno en todos los juegos. El Deportivo Matanzas repite en 1945 con su trío de pícher.
 Este fue el último campeonato de la etapa de auge del beisbol aficionado cubano. Los magnates de la Liga Profesional Cubana contrataron a los mejores prospectos para su torneo invernal que tiene desde 1946 un nuevo estadio en la barriada del Cerro.
 En 1946 ganó el campeonato de la Unión Atlética Amateur de Cuba, la Universidad de La Habana; el Deportivo Rosario lo hace en 1947 y el Hershey Sport Club en 1948, cerrado la década la Universidad de La Habana con su victoria en 1949.
 El Club Teléfono ganó los campeonatos de 1950 y 1951; el Club Cubaneleco, triunfa en las versiones de 1952, 53 y 54; Liceo de Regla, gana en 1955; Santiago de las vegas en 1956; Artemisa en el 57; Regla beisbol Club en 1958 y los últimos torneos organizados por la Unión Atlética los ganan, Artemisa (1959) y los Telefónicos (1960)
 El auge del beisbol amateur en la década del 40 se debe en gran parte al éxito de los campeonatos Mundiales de Beisbol que a partir de 1939 y hasta 1943 se efectuaron  en el estadio La Tropical con una gran afluencia de público.
 Cuba ganó fácil en 1939 y 1940. En 1941 se produjo la memorable derrota de Cuba ante Venezuela, que contó con un gran lanzador Daniel Canónigo, ganador de los dos juegos finales.
 En 1942 recupera Cuba el título y lo retiene en 1943, ya en 1944 el campeonato Mundial va a Venezuela, en un torneo accidentado y parcializado que motivó la retirada de Cuba y México.
 Cuba no asiste a los torneos de 1945, 47 y 48 reapareciendo en 1950 en Managua, Nicaragua, para terminar empatada con Dominicana y Venezuela, protestando su derrota con Puerto Rico, por la presencia de profesionales, Cuba se retira del torneo y al año siguiente es reconocida como ganadora del torneo por la Federación Internacional de Beisbol  Aficionado (FIBA).
 Cuba repite su triunfo en los tres últimos campeonatos mundiales aficionados de la década del 50, México (1951), La Habana (1952) y Caracas (1953).
 También es de mencionar que se jugaba beisbol organizado en otros torneos amateurs y semi-profesionales como, la Liga de Quivicán, Interprovincial de Jovellanos, la Liga de Pedro Betancourt, la Liga Libre de Oriente y la Liga Popular de La Habana, entre otras.
 Un breve párrafo para un árbitro de béisbol que hizo historia en este período, Amado Maestri (1909-1963) quien inició su carrera arbitral en 1935 en los campeonatos amateur, siendo contratado  luego por la Liga Profesional de Beisbol. Su estampa y energía le crearon rápidamente una personalidad que el tiempo y su conducta han fortalecido. Trabajó en las series mundiales amateur realizadas en La Habana y en años posteriores en México y Venezuela. En el diferendo de 1947 se puso al lado de los peloteros y fue árbitro principal en el Torneo de La Tropical. Fuera del terreno trabajó en el Departamento de Caja de la Compañía  Cubana de Electricidad.[6]
 El boxeo es también un deporte de resultados en Cuba, la Dirección Nacional de Deportes organiza desde 1938 los torneos “Guantes de Oro”, para pugilistas aficionados, semejante al torneo de igual nombre en los Estados Unidos, la finalidad del torneo era la búsqueda de prospectos para el boxeo profesional.
 Dentro del boxeo aficionado la mejor actuación de un equipo cubano en este período corresponde al que representó a Cuba en los V Juegos centroamericanos de Guatemala (1950) en el que 8 boxeadores ganaron  3 medallas de oro: Enrique Lamela (48 kg), Cirilo Gómez (75 kg) y Julio Mederos (81 Kg); dos de plata y 3 de  bronce.
 Dentro del boxeo profesional la gran figura del período fue Geraldo González (Kid Gavilán), peleador camagüeyano, fajador de rápidas manos con inmejorables dotes naturales, que se coronó Campeón Mundial en la división Walter wight en 1951. Manipulado por los vividores del boxeo profesional en los estados Unidos se le hizo difícil llegar al título. En 1948  peleó frente al campeón del Mundo Ray Sugar Robinson, que exponía la corona, y a pesar de perder  dejó muy buena impresión que le permitió discutir el título al propio Robinson en 1949, perdiendo nuevamente.[7]
 Al pesar Robinson a la división inmediata superior, Kid Gavilán era el favorito de los walter,  corona que ganó frente a Johnny Bratton en 15 asaltos en 1951. En 1952 retiene el título frente a Billy Graham en La Habana.
 Entre 1953 y 1954 fue sometido  a un duro castigo al sostener 13 combate frente a los mejores en su peso hasta perder la faja frente a Johnny Sexton en 1954. Se mantuvo algunos años más combatiendo, pero sin volver a los planos estelares.
 Otra gran figura del boxeo rentado en Cuba en este período fue Giraldo “Niño” Valdés, atleta de formidable biotipo, temperamental y prefabricado; llevado por los promotores del boxeo a la condición de retador en los pesos completos, pero sin consolidar una carrera boxística, debido principalmente a su poca asimilación y su inmadurez psíquica. Su mejor año fue 1953 cuando derrotó  en pelea de exhibición a Ezzar Charles, número uno del ranking.[8]
 En cuanto a la participación de Cuba en juegos múltiples,  muy destacada fue su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe  que se celebran desde 1926, en el período que analizamos Cuba  ganó los V versión de los Juegos celebrados en Barrranquilla, Colombia (1946) al conquistar 78 medallas (29 de oro/26 de plata/23 de bronce). En la VI edición celebrados en Ciudad Guatemala (1950) Cuba fue al segundo escaño al ganar 79 medallas (24 de oro/27 de plata/28 de bronce) detrás de México; la versión VII celebrados en Ciudad de México (1954) Cuba repite el segundo lugar con 68 medallas (29 de oro/19 de plata/20 de bronce) escoltando al país anfitrión. A los  VIII Juegos efectuados en Caracas en 1959, Cuba no asistió.
 En 1951 se incian los Juegos Deportivos Panamericanos, Cuba en esta primera cita en Buenos Aires ganó 21 medallas (6 de oro/6 de plata/9 de bronce), sobresaliendo el velocista Rafael Fortún ganador de la medalla de oro en los 100 y 200 mts. Planos y el gimnasta  Ángel Aguiar ganador de otras dos medallas de oro, en anillas y caballo de salto. En los II Juegos Panamericanos organizados por México en 1955, Cuba ganó 12 medallas (1 de oro/5 de plata/6 de bronce).
 A los XIV Juegos Olímpicos que se realizaron en Londres en 1948, Cuba acude con la mayor delegación presentada en estas citas deportivas, 52 atletas en doce deportes: atletismo, baloncesto, ciclismo, clavado, esgrima, gimnasia, pesas, lucha, natación, remo, tiro y velas.
 En esta Olimpiada  Cuba logra alcanzar una medalla de plata por intermedio de la tripulación del yate Korush III formada por Charles Cárdenas y su hijo de igual nombre, en la clase estrella. Era el meritorio triunfo de un rico aficionado que se costeó su viaje, certificado por el Comité Olímpico Cubano, y todo lo referente a su entrenamiento.
 En la Olimpiada XV efectuada en Helsinki (1952)  participó una delegación de Cuba compuesta por 30 personas en 8 deportes, esta  vez los Cárdenas con su yate el Korush III dan a Cuba su mejor lugar, cuarto,
 En la XVI Olimpiada de Melborne, Australia (1956), los cubanos se presentan en 6 deportes, con 16 atletas, entre ellos la primera mujer, la velocista Berta Díaz, que llegó a semi finales. El yate de los Cárdenas le dan a Cuba su mejor actuación en esta olimpiada con un sexto lugar.
 La crisis y el estancamiento  deportivo queda evidenciado por el predominio de espectáculos semi deportivos en los que era primordial las apuestas; no existe la  atención al deporte popular, para los pobres las oportunidades están en el beisbol, el boxeo u otras disciplinas profesionales para tratar de sobresalir en espectáculos que le dieran fama y dinero.





[1] Pedro Martínez, “Cuba ingresa en el base boll organizado americano”, en Historia del Base Boll profesional de Cuba”. Raúl Diez Muro. La Habana, 1949
[2] René Molina, “Entre bastidores”, en rev. Bohemia Nº 42, 2/11/1947
[3] Elio Menéndez, “Cubana solo de nombre” en per. Juventud Rebelde, 6/12/1992
[4] René Molina, “Miles de fanáticos en el stadium Tropical”, en rev. Bohemia, Nº 42 /1947
[5] Edel Casa, “Viva y en juego”. La Habana, 1986
[6] René Molina, “La recia personalidad de Amado Maestri, en rev. Bohemia, Nº 44/1947
[7] Jorge Alfonso, “Puños Dorados”. La Habana, 1988
[8] Ídem

No hay comentarios:

Publicar un comentario