martes, 24 de diciembre de 2019

RECONTANDO UN AÑO DURO


 Para los que peinamos canas, y somos muchos en esta Isla Bella, es dificil hablar de estos 62 años de Revolución, sin recordar las batallas, de todo tipo,que hemos tenido que enfrentar y hemos vencido, gracias a un factor extraordiario  que se llama UNIDAD, que  unido a la CREATIVIDAD hace posible lo que la maltrecha econonomía que siempre hemos tenido, salga adelante, estirando los quilos, compartiendo lo que no nos sobra y haciendo de la SOLIDARIDAD un ingrediente, que no es política exterior sino razón de orgullo nacional.
 Pero qué dificil resulta ser justos, constantes, serios para el trabajo, encontrar el punto medio, recordar de dónde venimos y escuchar al otro que comparte sociedad ventana a ventana y mal que nos pese es uno más entre nostros.
 El INDIVIDUALISMO es mal de fondo de la sociedad capitalista, hace egoista a la gente y el "salvese el que pueda", ley de vida; hemos tratado de construir una sociedad más justa, pero con dos defectos de raíz que lastran la  creatividad y el crecimiento humano: el PATERNALIMO y el UNANISMO excluyente, las personas  deben saber y ver que la mayor fuente de riqueza está en el trabajo, el talento y la entrega, para lograr frutos económicos que no nos hacen millonarios, pero alcanza para esa vida "DIGNA" que seguimos soñando y que no es solo tener cosas.
 Imperialismo aparte, luchar contra nuestras imperfecciones, cultivar la virtud y el amor, deben ser paradigmas de esta Utopía que llevamos 62 años haciedo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!

viernes, 20 de diciembre de 2019

DICIEMBRE DE 1958 EN LA HISTORIA DE CUBA






Cada vez que llega diciembre viene a mi mente el histórico diciembre de 1958 cuando en Cuba todo un pueblo se jugaba el todo por el todo para construirse un futuro mejor.
 La década de los 50 en Cuba fue un parte agua en la historia nacional, ante el embate reaccionario de las oligarquías nacionales por perpetuar un poder subordinado que le garantizaba el dominio histórico social de la isla a la sombra y anuencia de los gobiernos y los poderes hegemónicos de los Estados Unidos, la isla era un lugar de garitos, música, ron y mulatas para quien pudiera disfrutar de es “Habana de noche” por la que muchos lloran, sin contar que estaba construida sobre la espalda de millares de campesinos sin tierras, obreros con precarios salarios y el sueño  triste y lejano de ser dueños de sus destinos.
 En 1958 el Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio eran una realidad militante que agrupaba a lo mejor del pueblo cubano en su lucha por igualdad social, prosperidad para todos y sobre todo ser dueños de sus destinos, sin fatalismos geográficos o clichés políticos que hacían mirar a los poderes de facto siempre hacia el norte, ese “norte revuelto y brutal” que aún se empeña en destruirnos porque rompimos su hegemonía de poder a las puertas mismas de su Imperio.
 En 1958 la ofensiva de esas fuerzas revolucionarias fue derrotando a un régimen desmoralizado y corrupto que se mantenían por el terror frente un pueblo sin miedos.
 Los nombre de Fidel y Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, el legendario Ernesto Guevara, Juan Almeida y muchos otros, jóvenes y valeroso en una vanguardia de patriotas que no sabían mucho de socialismo, pero si tenían muy claro que lo más importante entonces era poner el poder en manos del pueblo, ese pueblo heredero de una larga Historia de Lucha por su independencia y que ya tenía una pléyade de Héroes y pensadores en quien inspirarse.
 Diciembre del 58 fue de combates, dolor y violencia digna contra un dictador ladrón y cómplice de esa burguesía criolla que no pudo alzar la copa el 1 de enero de 1959, porque esa no era su victoria, sino el triunfo legítimo del pueblo que los dejaba en el pasado y al lado del mayor enemigo del pueblo de Cuba, el Imperialismo Yanqui.
 La Cuba que nació ese día fue otra, llena de esperanza, de sueños, con la autodeterminación como brújula y la constante de la Revolución permanente para seguir siendo historia, pero  pasado, sino presente.

lunes, 9 de diciembre de 2019

JOSÉ MARTÍ CONTRA LOS ESTADOS UNIDOS




Los poderosos nos invitan a olvidar la historia y vivir el presente con sus peligros políticos y sociales de sojuzgamiento y acato a su “modelo y orientaciones” tiene muy claro aquello de “Haz lo que digo y no lo que yo hago”, sino, veamos qué pasó con aquel convite oportunista que hicieron a las naciones latinoamericanas en época de José Martí y el análisis que hace nuestro Apóstol a esa postura hipócrita e intervencionista:

 Entre 1889 y 1891, José Martí librará una de sus más brillantes batallas por los pueblos de América Latina.

 El 24 de mayo de 1888 el presidente de los Estados Unidos “invitó” a los gobiernos de los países hispanoamericanos independiente a una conferencia internacional en Washington, para estudiar, entre otras cosas, la adopción por cada uno de los gobiernos de una moneda común de plata, de uso forzoso en las transacciones comerciales recíprocas entre los estados de América.

 El 7 de abril de 1890, la Conferencia Internacional Americana propone establecer una unión monetaria internacional que tuviera como base una o más monedas internacionales, uniformes en peso y ley, que pudiesen usarse en todos los países representados en esta conferencia.

 El 30 de marzo de 1891 un diplomático de origen cubano presenta un informe a nombre de Uruguay en la Conferencia Monetaria Internacional de Washington, era José Martí, para entonces Cónsul de Uruguay en New York, quien hace un informe brillantísimo, primero en castellano y después en inglés, recomendando el bimetalismo y recordando de paso que no es “el oficio del continente americano restablecer con otro método y nombre el sistema imperial por donde se corrompen y mueren las repúblicas”

 Martí rechaza las opiniones de la delegación de los Estados Unidos, que aspiraba a la creación de una moneda internacional de plata, propone la creación de un sistema de monedas uniformes, que harían más morales y seguras las relaciones económicas de los pueblos. Hace una caracterización de los EE.UU. y del peligro que representaba para América las intenciones de ese país.

 En ese discurso hace un llamado a que prevalezca, tanto en el comercio como en la política, la paz igual y culta y que todo cambio de moneda futuro debía hacerse en acuerdo con todos los países implicados.

 En esa misma comparecencia llamó la atención sobre otros aspectos del intercambio desigual entre las naciones de América, al decir “quien dice unión económica dice unión política” y “el pueblo que compra manda”

 Tan ardua fue su batalla que su débil salud se quebranta en aquel “invierno de angustia” de 1890 con la presión del convite de los Estados Unidos, en que por ignorancia, o por fe fanática, o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos” y nacieron sus testimoniales “Verso Sencillos” (1891) y escribió “Nuestra América” (enero 1891), su ensayo más completo sobre América Latina.

Quien tenga ojos que lea y si le quedan neuronas, que piense

viernes, 6 de diciembre de 2019

ANTONIO MACEO, EL TITÁN DE BRONCE




 Mañana 7 de diciembre se cumplirán 123 años de la muerte en combate del Mayor General Antonio Maceo Grajales, el bien llamado “Titán de Bronce”, el hombre que  entregó a Cuba los  mejores años de su vida, el cubano que ascendió en las páginas de la Historia  a fuerza de entrega a la causa independentista y sobresaliendo por mérito propio en una época en la que muchos de los  seres de su raza en Cuba eran esclavos, aunque también es necesario decir que muchos de los suyos sobresalían en medio de una sociedad marcadamente racista.
 Tal fue su entrega que aquel desconocido que se alzó en 1868 al reclamo de Céspedes para luchar por la independencia de Cuba y la emancipación de los esclavos,  escaló a fuerza de mérito militar, inteligencia innata y valor personal desde soldado a Mayor General y no uno más sino el sobresaliente estratega que hizo sentir orgullo a su jefe y mentor, el otro grande de nuestra independencia Máximo Gómez.
 Fue el cubano  que llevó con orgullo su raza y su cubanía, en una época oscura del coloniaje, el hombre que hizo de la superación personal, uno de sus rasgos característicos,  pilar de la intransigencia  ante cualquier idea que no incluyera la independencia total de Cuba, elegante, disciplinado, pero radical al defender sus ideas, Cuba primero y por ella volvió a la isla al reclamo de José Martí y el Partido Revolucionario Cubano, impulsando la Revolución Independentista con su llegada a Cuba el 1 de abril de 1895, con pocos y valiosos oficiales, veteranos de la Guerra Grande, a los que Martí convocó en atrevida carta donde le dice: “En Cuba lo que hace falta son jefes…y hay que ir en una cáscara de nuez o en un Leviatán”, en alusión  moral a  Maceo y que demostraba la valía en que el Apóstol lo tenía.
 Al oriente de Cuba llegó y su principal empeño fue la “invasión a occidente” para incorporar a esa zona de la isla, más rica y sede de la capital y sus grandes recursos, llegó hasta Pinar del Río, en una hazaña militar ponderada por grandes militares de su época y posterior, junto y en coordinación con su Jefe y amigo el Generalísimo quien jugo un vital papel estratégico en el afán de toda Cuba fuera campo de batalla mientras no hubiera independencia.
 Eso hacía el gran general cubano en el occidente cuando en las afueras de La Habana lo encontró la muerte, luego de muchos intentos.
“Esto va bien”, se recogen como sus últimas palabras antes de ser abatido en combate, ya no le iría bien a Cuba que había perdido a Martí meses antes y completa su trágica historia con la muerte del hombre que al decir de Martí, tenía “…tanta fuerza en la mente como en el brazo”, dos tragedias que llenaron de confusión  a los independentistas, unidos alrededor de esa idea sacra, pero en la incertidumbre del futuro que esperaba a la Cuba soñada, fue un día trágico para los cubanos.