Eran
días gloriosos, millares de cubanos se movilizaron en todo el país, por playa
Girón se iniciaba el desembarco mercenario con la flota yanqui a tres millas,
era la evidencia clara de que solo hacía falta el pretexto para intervenir
nuevamente en Cuba.
Desde el central Australia, a pocos kilómetros
del desembarco, Fidel insistía en la necesidad de aplastar en 72 horas o menos
al invasor, impedir que los “vende patria” hicieran una cabeza de playa para
instalar un “gobierno” que pidiera apoyo a los Estados Unidos, por eso fue
enorme el sacrificio, miles de milicianos muchos de ellos adolescentes
avanzaban hacia la bahía de Cochinos, la
patria entera estaba en pie de guerra, dispuesta a vencer o a morir en el
empeño.
El 16 de abril de 1961 las fuerzas enemigas
atacaron con todo por este lugar inhóspito, pero el fuego de los jóvenes milicianos
de las ametralladoras de “cuatro boca” marcaron el día convirtiendo el cielo de
la ciénaga en un infierno para el invasor, eran los “niños héroes” que en poco
tiempo aprendieron a manejar aquellas armas convencidos de que si querían
futuro, tenían que asegurarlo con su victoria, era toda Cuba no olvidemos nunca
esto, en cada rincón de la isla se alzaron los revolucionarios para anular a
los enemigos apadrinados por el IMPERIALISMO YANQUI, Cuba recuerda estos días
de gloria, estaba en juego el futuro, mi padre y mis hermanos mayores
estuvieron en aquella epopeya, yo tenía diez años, esa historia me pertenece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario