lunes, 29 de diciembre de 2014

UN ABRAZO GRANDE PARA MIS AMIGOS Y SEGUIDORES





Termina el 2014, los cubanos lo despedimos con el optimismo que nos inspira el hecho  de haber hecho todo lo posible por prospera y mejorar entre todos y para todos, en medio de un mundo cada vez más egoísta y centrando en el individuo triunfador para promocionarlo como el ídolo de la Cultura de Masa, esa burbuja que con la llegada de internet ha crecido hasta cubrir las miserias de la  humanidad, las desigualdades, las costumbres discriminantes, los cientos de miles que hoy se acuestan con hambre, sin techo, sin destino para mañana y los que es peor, sin garantía para su vida.
 Termina el 2014 y se acentúa un mundo desigual muy promocionado entre luces y entradas hermosas en las redes sociales, el lugar donde la gente quiere brillar, para al menos tener una vida virtual que los enajene de realidades muy duras.
 Termina el 2014 y los egoístas del consumo, pobres bípedos, hablan del mundo según le va en ello, tratando de denigrar causas nobles, ensuciando historias y nombres que valen mucho más que todos ellos juntos e inventándose una realidad tan virtual como  sus vidas.
  De todas formas seguimos “pa’lante” como se dice en Cuba y en cubano, que no será un idioma pero es una dialecto de pueblo ocurrente y fuerte, resistente y digno y del que me siento muy orgulloso.
 Un feliz nuevo año para todos, el camino se hace al andar, así que no consulten horóscopos, sueñen pero péguense duro a la tarea de crear el futuro con sus propias manos, esa es la fórmula de los cubano.

lunes, 8 de diciembre de 2014

LA HABANA, MARAVILLA DEL MUNDO





Una vista nocturna tomada desde el Hotel Habana Libre por el singular lente de mi amiga asturiana Sussy, a quien saludo y dedico este festejo por La Habana

A nosotros no nos cabía dudas, La Habana es una Maravilla del Mundo, en primer lugar por su gente multiétnica, racialmente mezclada y con una alegría de  vivir y salir adelante, como pocos en este mundo violento (La Habana es una ciudad de paz) y egoísta (La Habana y Cuba son paradigma de la solidaridad).
 Como pocos he recorrido esta ciudad, no solo en su centro histórico, archiconocido y publicitado, sino La Habana profunda, en la que vivimos las dos terceras partes de los que en ella trabajamos, estudiamos, disfrutamos y en muchas ocasiones la maltratamos.
 La Habana no es un nido de rascacielos, aunque tiene su Vedado con emblemáticos y fundacionales edificios que hablan del cómo comenzó todo. Hoy son niños de teta El Focsa, el Habana Libre, el Somellán, gigantes pigmeos que embellecen el paisaje habanero  desde su terraza marina que es ese Malecón saludable y hermoso, visitado a diarios por miles de personas, cubanos y turistas.
 La Habana es una ciudad de resistencia donde el turista se asombra de su museo rodante, cientos de automóviles y camiones de las décadas del 60, 50 y más atrás.
En La Habana todo es eterno y todo deja su huella, sino mire a su bien conservado centro histórico, Patrimonio de la Humanidad y con uno de los más eficientes modelos de gestión local auspiciado por la Oficina del Historiador de la Ciudad,  ese mismo (Eusebio Leal) del que nos sentimos orgulloso por su elocuente retórica y por ese “decir es hacer”, que aún en medio del caos fue fuente de inspiración y continuidad.
 Pero subamos a mi barrio, ese municipio “10 de Octubre” con epicentro en la loma de Jesús del Monte, donde una iglesia rural antigua y hermosa preside el día a día del espacio más densamente poblado de La Habana. Este espacio territorial tiene ejemplos de arquitecturas de todo tipo, desde Art Noveau y Art Decó, hasta el intento ecléctico de los maestros de obra catalanes: La Víbora, Santo Suárez, Luyanó, Lawton, todos barrios populares con historia, unidos por esa vena cenital que es la Calzada de 10 de Octubre, esa misma Calzada de Jesús del Monte por la que bajó la rebeldía de los vegueros  por el siglo XVIII.
 La Habana inmensa crecida en Guanabacoa y regla, al otro lado de la bahía, el Marianao, al otro lado del fundacional río Almendares,  con su exclusivo Miramar, el último refugio de la burguesía cubana y sus palacetes pretenciosos creados por la segregación del dinero, junto a un mar más tranquilo, lejos de la plebe. Hoy es zona de embajada, residencia de extranjeros, de cubanos famosos (desde artistas y deportistas hasta políticos), una zona exclusiva que se salpicó de pueblo con los “Planes de becas” de la Revolución allá por los 60, llenando de hijos del pueblo ese espacio exclusivo.
 Esta es La Habana, la que tarda en resolver sus problemas de salubridad, de reparación de viviendas, de aglomeración poblacional, la meca del provinciano, la que resistió siempre y a la que resulta muy difícil encontrar el gentilicio de habanero, en más de tres generaciones de una misma familia, la capital de todos los cubanos.
 José Martí un habanero íntegro y leal dijo de ella: “La Habana no peca de miedo... es soldado La Habana…como la isla toda”, así es ella, la ciudad que siempre nos asombra.


lunes, 24 de noviembre de 2014

DE REGRESO





 Parque José Martí en Guantánamo, la ciudad de mis amores

 De tanto en tanto es bueno hacer mutis y reflexionar, vivir y esperar, a modo de poder tener mayor perspectiva de los temas que uno quiere tratar, por ello a veces hago silencio y trato de leer más que de escribir, observar el pedacito de mundo que me toca vivir y tratar de interpretarlo… me da muy buen resultado.
 El fin de mi espacio no es la celebridad, ni el altisonante tono de la estrella, sino el criterio del hombre común, ese que no tiene camisa, pero quiere trasmitir lo que pasa en su aldea, su rincón y su vida, que al fin y al cabo es la humanidad que conozco.
 Andar la vida por esta isla que cambia sin traumas, tiene su precio, por un lado ver la pragmática de la abeja predominando en los míos, laboriosidad como sinónimo de progreso, vista fija en metas precisas y ojo avizor a la espiritualidad de los valores que garantizarán  la salud de la sociedad cubana.
 Alguien dijo una vez y el vulgo repitió miles de veces, “que este era el único país donde se podía vivir sin trabajar”, y de ello no tuvo la culpa del todo el pueblo, sino la desvalorización del trabajo como fuente de bienestar y el empadronamiento de un estado “paternalista” y “monolítico” que como padre recto e intransigente te imponía el aquello, de “yo te mantengo, tú me obedeces”.
 “Sin prisa, pero sin pausa” como dijo el presidente Raúl Castro, esto va cambiando, la democracia se hace real, participativa y “diversa”, “contestataria”, porque es el único modo en que no se acomode esa  “real e incómoda” burocracia estatal, prepotente y muchas veces corrupta, hasta que le cae el peso de la Ley, que en Cuba no son nada contemplativa.
 No estamos construyendo el capitalismo como algunos retrógrados de izquierda temen, estamos perfeccionando un sistema que admite la participación del pequeño y mediano productor, de la iniciativa personal, de los artistas, artesanos, campesinos, intelectuales y de todos aquellos que de buena fe quieran ganarse su dinero en Cuba, sin especular, sin sobornar, ni explotar al pueblo, para eso si tenemos un estado fuerte, claro en sus funciones de salvaguardar los interés soberanos de la sociedad y mejorar esas conquistas sociales que hoy son un orgullo para nosotros, aunque haya algunos que la disfrutan, pero la denigran, de todo hay en la viña del señor.
 Ese es mi mundo, en el cual participo desde donde me toca, activo, escuchado y actuante.
Saludos