Termina
el 2014, los cubanos lo despedimos con el optimismo que nos inspira el
hecho de haber hecho todo lo posible por
prospera y mejorar entre todos y para todos, en medio de un mundo cada vez más egoísta
y centrando en el individuo triunfador para promocionarlo como el ídolo de la
Cultura de Masa, esa burbuja que con la llegada de internet ha crecido hasta
cubrir las miserias de la humanidad, las
desigualdades, las costumbres discriminantes, los cientos de miles que hoy se
acuestan con hambre, sin techo, sin destino para mañana y los que es peor, sin
garantía para su vida.
Termina el 2014 y se acentúa un mundo desigual
muy promocionado entre luces y entradas hermosas en las redes sociales, el
lugar donde la gente quiere brillar, para al menos tener una vida virtual que
los enajene de realidades muy duras.
Termina el 2014 y los egoístas del consumo,
pobres bípedos, hablan del mundo según le va en ello, tratando de denigrar
causas nobles, ensuciando historias y nombres que valen mucho más que todos
ellos juntos e inventándose una realidad tan virtual como sus vidas.
De todas formas seguimos “pa’lante” como se dice
en Cuba y en cubano, que no será un idioma pero es una dialecto de pueblo
ocurrente y fuerte, resistente y digno y del que me siento muy orgulloso.
Un feliz nuevo año para todos, el camino se
hace al andar, así que no consulten horóscopos, sueñen pero péguense duro a la
tarea de crear el futuro con sus propias manos, esa es la fórmula de los
cubano.
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