miércoles, 21 de agosto de 2019

CENTENARIO DE BENNY MORÉ, EL BÁRBARO DEL RITMO




 En Cuba no hay que presentarlo, todos sabemos quién es, conocemos su timbre inconfundible y su versatilidad como cantante, que lo hace ir desde el bolero a la rumba y el mambo, pasando por todos los ritmos cubanos conocidos en su época.

 El 24 de agosto de 1919 nació Bartolomé Maximiliano Moré en el pueblo de Santa Isabel de las Lajas, en la provincia de Cienfuegos. De familia muy humilde, negro y campesino, creció en un medio difícil para el desarrollo de sus facultades musicales.

 Los biógrafos del Benny han podido rastrear sus raíces africanas[1] hasta su tatarabuelo congo Ta Ramón Gundo Moré, el primer rey del “Casino de los Congos de Santa Isabel de las Lajas”, que llegó a Cuba como esclavo y que de su último amo el conde Moré hereda el apellido, aunque no murió esclavo, sino libre a los 94 años de edad.

 El Benny abandona tempranamente los estudios, obligado por la necesidad de ayudar a su familia. Chapea, siembra, corta caña, recorre bateyes y pueblos en busca del sustento para los suyos, pero sin olvidar la música, su inspiración de vida.

 En 1940 llega a La Habana acompañado de su guitarra y comienza su peregrinaje por bares y café, haciéndose oír y esperando su oportunidad. En 1944 se presenta en la emisora “Mil Diez” con el Septeto Cauto, y poco después se integra al Conjunto Matamoros sustituyendo en la voz prima nada menos que al célebre Miguel Matamoros, quien dirigía el conjunto. Con ellos viaja a México en 1945 y allí se consagró.

 La carrera de Benny Moré en México fue muy exitosa, alcanzando una gran popularidad, después de actuar en los cabarets “Montparnasse” y “Río Rosa”, en salones de bailes y de grabar para las más importantes disqueras mexicanas.

 La madurez llega con su entrada en la orquesta de su coterráneo Dámaso Pérez Prado, con quien hizo más de setenta grabaciones, entre ellas los clásicos bailable: “Bonito y sabroso”, “Mucho corazón”, “Panchito e che” y “Ensalada de Mambo”, entre otros muchos éxitos.

 En diciembre de 1950 regresa a Cuba, era una estrella en México y conocido en casi toda América Latina, pero en Cuba seguía siendo un desconocido.
 En la isla reinicia su carrera en Santiago de Cuba con la orquesta de Mariano Mercerón, allí sus presentaciones en la emisora “Cadena Oriental de Radio” lo ponen en la actualidad del panorama musical cubano. En 1951 debuta en La Habana con la orquesta de Bebo Valdés en la “RHC Cadena Azul”, luego fue contratado por la emisora “Radio Progreso” y consolida un trabajo artístico que lo demanda en bailables y presentaciones en vivo en los mejores cabarets de la ciudad. 

 En 1954 funda su Banda Gigante, orquesta en formato de jazz band con la cual amplió el timbre interpretativo de la música cubana. Benny logra una sonoridad cubana y una forma singular de hacer el son y otras formas musicales cubanas, ganando la popularidad y el respeto entre el público y los especialistas, que lo sitúan entre los más grandes intérpretes   de la música popular cubana.

 En 1960 el Benny es diagnosticado de cirrosis hepáticas y aunque continua su amplio programa de presentaciones en bailes, en la radio y la televisión, su salud se reciente y fallece el 19 de febrero de 1963 en La Habana.

 Para homenajear  a este negro maravilloso nada mejor que  escuchar su música, esa donde todo lo hizo bien con ese intuitivo don de los grandes para imponerse pese a todas la adversidades.


[1] Amín E. Naser: Benny Moré. Perfil Libre. La Habana, 1985

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