José Martí. Autos Miguel Díaz Salinero
Colección Museo Casa Natal de José Martí
José Martí nos demuestra que estar bien informado no es
solo leer y enterarse, sino ser capaz de sacar conclusiones, soñar despierto y
ver más allá de los que nos van
diciendo, por eso a muchos en Cuba no le
asombra una premonición hermosa y certera
del cubano universal, que fue contemporáneo de los avances en la telefonía, la
aplicación de la electricidad y los diversos experimentos que a finales del
siglo XIX se realizaban para encontrarle mayor aplicación a estos avances que revolucionarían el siglo XX,
el verdadero “Siglo de las Luces” por los enormes avances que se produjeron esa
centuria:
“Destinan
sus autores esta ventajosísima batería a los trabajos de galvanoplastia; pero
se calcula que si se la tiene todo el día encendida, puede producir poder
eléctrico bastante para el alumbrado de una casa no pequeña, o para alimentar
un motor de tamaño y fuerza adecuados a los usos domésticos.-Así como ahora se
imprime por vapor,- por electricidad se imprimirá pronto,-así las rudas labores
de la casa serán fácil y rápidamente hechas, como en los grandes hoteles de New
York, por una veloz y limpia maquinaria. Hablan de un agente de anuncios de
compañía eléctrica que asombró a Roma con un alfiler de corbata de luz
eléctrica, alimentado con un dínamo de bolsillo-que producía luz por cinco
horas. Día llegará en que pueda llevar
consigo el hombre, como hoy el tiempo en el reloj, la luz, el calor, y la
fuerza en algún aparato diminuto.”[1]
Fíjense en las
negritas y verán que como parece
adelantarse a los numerosos equipos que hoy gracias a la creación de los
chips acompañan la vida del ser humano, o mejor dicho a una parte de esta
humanidad tan desigual y egoísta.
[1] Revista “La América”, Nueva York, octubre de
1883. José Martí. Obras Completas. Tomo 8. Pág. 416
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